Avance de un posible próximo relato

Como conocí a vuestra Gran Nagusa (avance del inicio de un posible futuro relato)

–Perdone que le diga, Sr. Jim, pero esto no hay quién se lo crea –dijo ella.

– Gran Nagusa, me ofende que usted me diga eso, puesto que ya sabe que me esmero mucho en transcribir fielmente todas mis aventuras, para que usted se encargue de distribuirlas por toda la galaxia conocida, por un módico precio, claro está –le respondí.

–Puedo entender que de vez en cuando se tome alguna licencia digamos “literaria” o que exagere algún detalle, pero esta última historia que me ha mandado es altamente improbable y por tanto no hay quién se la crea –aseveró la Gran Nagusa.

–Le repito, que ya sabe que yo simplemente me dedico a redactar lo que podríamos llamar informes de las misiones que realizo para el Imperio Cardassiano o las que realizo yo por mi cuenta y riesgo. Y por tanto me ciño totalmente a la realidad, así que no sé porqué me dice que una de mis ultimas historias es totalmente inverosímil – repliqué yo.

–A ver por donde empiezo… Ah, sí, aquí… ¿Dragones? ¿Dragones, Sr. Jim? ¿Y reyes de cuento? ¿Y princesitas?, ¿quién se puede creer eso? Que estamos en el siglo XXIV, Sr. Jim, XXIV, no en el siglo pasado… el XXIII, vamos…

–Dragones sí, que pasa, usted ya sabe que existen múltiples especies reptilianas, tales como los hombres-lagarto del cuadrante Gamma o los propios cardassianos, para los que actualmente trabajo… (N. del A.: estos «hechos» se narran en el relato Lecturas draconianas)

– ¿Pero dragones? Puedo creerme que se haya topado con seres reptialianos de apariencia humanoide, como los lagartos de V, pero dragones, ¿quién se va a creer esa memez?

–Pero que pasa, ¿es que no puede existir una especie alienigena de apariencia dragonil?

–Hombre, como poder puede, pero que sea verosímil, me cuesta de creer – respondió ella.

–Pues así fue. Me encontré con una especie de dragones espaciales, ¿que pasa?

–Ah, casi se me pasa por alto… Esto es más bueno todavía, resulta que según su narración “de los hechos” ¡uno de esos dragones es un fan suyo!
–Sí, ¿que pasa? Eso le tendría que enorgullecer, ya que es una muestra de que usted hace bien su trabajo de difusión de mis aventuras… Llegando incluso a los más recónditos lugares de la galaxia, ya estén habitados por seres humanoides o dragoniles…

–Vamos hombre, a otro ferengi con ese cuento… Le repito que esto no hay por donde cogerlo y no se lo cree ni el ferengi más tonto de la galaxia… Y mire usted que son tontos los ferengis… Sobre todo los machos de nuestra especie, claro está…

– Por Q que genio. No entiendo que le pasa, yo siempre le he traído grandes aventuras para que las distribuya por la galaxia conocida (y por conocer). Y yo diría que alguna vez ya me había encontrado con otras especies reptilianas. E incluso con otras especies principescas, diría yo…

–Puede ser, pero esto raya el ridículo más absoluto y es una solemne memez, imposible de creer…

–Bueno, bueno, pues no me distribuya esta historieta, y ya está, no hay mayor problema…

– Que remedio. Bueno, si quiere, mire de rehacer la historia esta eliminando todos esos elementos “fantásticos” que ha añadido de cosecha propia…

–Veré que puedo hacer… De todas formas… gracias… por sus comentarios…

–Sí, eso es márchese ya, que estoy muy ocupada y cuanto antes se ponga a ello mejor. Mi fiel ayudante Liriok le acompañará hasta la sala del transportador.

Y así salí del despacho de la Gran Nagusa, en compañía de su ayudante el también ferengi Liriok.

–Anímese señor Jim que tampoco es para tanto –dijo el ferengi.

–Es que no sé que le pasa a la Gran Nagusa… Yo creo que son todos esos tribbles que tiene por el despacho que la ponen nerviosa…

–Podría ser, la verdad es que yo ya le advertí que con esos bichejos no haríamos negocio, pero ella insistió… – dijo Liriok.

– ¿Y es necesario que vaya desnuda todo el tiempo? A mí personalmente me pone nervioso…

– Es parte de nuestra cultura. Aún tiene suerte que con tantos tribbles va medio tapada.

–¿Que quiere decir? –pregunté yo.

–Pues eso, que entre los tribbles de la mesa y los que lleva en el regazo, quedan ocultas partes “delicadas” de su anatomía femenina…

– Ah, ya entiendo… Sí que me he fijado también en que en su despacho tiene una bella foto artística, tapándose con varios tribbles, en plan pompones, como lo que me explica usted de taparse con los tribbles y parecido a lo que hizo la teniente Uhura con unas grandes plumas en Nimbus III

–Sí, recuerdo ese “incidente”, siempre pensé que ya lo podría haber hecho veinte años antes cuando estaba más lozana…

–¿La teniente Uhura o la Nagusa?

–La teniente, la teniente, por supuesto, la Gran Nagusa siempre está lozana… Y me alegro que se halla fijado en la foto de los tribbles y la Nagusa, porqué fue idea mía…

–Sí, sí, ha quedado muy artística… la foto, quiero decir, claro… Aunque cada vez que la veo, pienso en las canciones aquellas antiguas de la Tierra, en concreto una de los Mojinos…

–¿Cuales?

–Escozíos

–No que Mojinos, si no que canciones… ¿que canción en concreto?

–Dejamé que te acaricie el tribble…

– Ah, es verdad… Dejame que te acaricie el tribble, dejame… Sí, sí, ya me acuerdo…

–Por cierto, ya que hablamos de música, ¿que tal le va Sr. Liriok con aquel Bar musical que montó?

–El Liriok´s, sí, la verdad que no muy bien, ya que lo tuve que traspasar. Estamos viviendo unos tiempos muy difíciles la verdad.

–Cierto es…

–En fin, que se le va a hacer… Bueno, ya hemos llegado a la sala del transportador, venga Sr. Jim, súbase para que yo le transporte de nuevo a su nave…

Continuará…?

Nota aclaratoria: Alguno dirá que el título es algo engañoso, pues no explico «como conocí a vuestra Gran Nagusa», pero vamos, los conocedores de la serie «Como conocí a vuestra madre» de la que he tomado el título, sabrán que realmente en la serie no se explica «como el protagonista conoció a la madre de sus hijos», así qué pienso que es un título acertado aunque no se expliqué como se conocieron la Gran Nagusa y el Sr. Jim, vamos…

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