Final de Temporada de The Twilight Zone
Todo lo bueno se acaba y eso incluye las buenas series de televisión… Digo esto porque estoy terminandome el pack de la segunda temporada de la fantástica La dimensión desconocida (The Twilight Zone) que adquirí gracias a L´Atelier 13.
Los dos últimos episodios de esta segunda temporada son un maravilla de la televisión de todos los tiempos, por ello he decido comentarlos brevemente.
El penúltimo episodio tiene el sugerente título de ¿Podría levantarse el verdadero marciano? («Will the real martian please stand up?») y es un episodio excepcional, lleno de referencias, tanto a la propia serie como a otros elementos del fantástico. Normalmente las series que incluyen autoreferencias suelen ser series que llevan bastante tiempo en antena. No en este caso, pues como digo estamos tan solo ante la segunda temporada de The Twilight Zone. Cierto que esta serie tiene temporadas bastante largas: La primera temporada cuenta con 36 episodios y esta segunda con 29. Lo que no fue impedimento para que la serie se hiciera tremendamente popular ya desde su primera temporada e incluso se hizo alguna parodia-homenaje en algún “show” de la época, como vemos en un curioso extra de este pack: Una parodia en el Show de Jack Benny que cuenta con la participación del propio Rod Serling.

Y es que si hoy en día podemos encontrar episodios de esta serie de gran calidad y que pueden llegar a sorprender al espectador actual, imagínense por aquel entonces, a finales de los años 50-principios de los 60´s.
Una de estas referencias con las que cuenta este episodio la encontramos ya en el inicio del mismo, donde encontramos una atmósfera que recuerda a las películas norteamericanas “de marcianos” de los años 50. Por ejemplo a mí personalmente me hizo pensar en el clásico Invasores de Marte, donde asistimos a los inicios de una invasión marciana en un paisaje nevado como se ve en el episodio.
Y es que el episodio comienza con dos policías que han recibido un aviso de un avistamiento de un objeto volante no identificado en esa zona boscosa y nevada. Estos dos policías encuentran unas huellas que salen de la posible zona de “impacto” y deciden seguirlas hasta una pequeña cafetería. A la entrada de la misma hay un autobús donde se lee otra referencia a la serie: Cayuga Bus Company. Cayuga fue la productora que creara Rod Serling, el artífice de la serie y que se encargó de la producción de la misma. Serling le puso a su productora ese nombre en referencia a una casa que poseía cerca del lago Cayuga.
Dentro de la cafetería nos encontramos con ocho personas que dicen venir del autobus de la entrada, pero resulta que el autobús solo contenía a siete personas, seis pasajeros y el conductor. Con lo cual está claro que uno de los clientes de la cafetería miente y se trata en realidad del marciano del título.
Asistimos en este punto a la típica narración que popularizó Agatha Christie: ¿Quién es el asesino? Aunque en este caso lo que se intenta averiguar es quien es el marciano.
Esto también es una clara referencia al cine de ciencia-ficción de los años 50, lleno de alienígenas suplantadores de identidad, que se hacen pasar por norteamericanos normales y corrientes con el fin de destruir el “American way of life”. Nos vienen a la cabeza infinidad de títulos de argumento similar, destacando entre ellos La invasión de los ladrones de cuerpos.
Uno de estos personajes de la cafetería es un señor barbudo de ojos saltones, que he leído que era un popular actor secundario de westerns de la época y que menciona al gran Ray Bradbury, gran escritor al que se le planteó también ser guionista de la serie que nos ocupa o al menos adaptar uno de sus populares cuentos.
No sé si también el hecho de que este señor tenga unos destacados ojos saltones es alguna referencia a los BEM: Big Eye Monstern, “monstruo de grandes ojos” o “monstruo de ojos saltones”, monstruos alienígenas típicos en innumerables producciones de serie B de los años 50 en Norteamérica y que también podemos ver en algunas películas actuales, como en la película de Disney Monstruos S.A. y su secuela.
El episodio está guionizado, como en la mayoría de los casos, por el propio Rod Serling.
Otro conocido escritor y guionista de la serie fue Richard Matheson, siendo el artífice de varios episodios memorables en la serie como aquel en el que un joven William Shatner tiene miedo a volar. En el episodio que nos ocupa también encontramos una pequeña referencia a Matheson, ya que uno de los personajes de la cafetería hace el comentario que para saber si uno es extraterrestre o no, hay que mirar si tiene un ojo en el cogote, lo cuál es también una alusión a un cuento de Richard Matheson que también fue adaptado para la televisión y que además he tenido la oportunidad de ver gracias a L´Atelier 13 con el título de “Young couples only” (1955), siendo la primera adaptación de una historia de Matheson y estando protagonizada por el inquietante Peter Lorre.

El siguiente episodio, el último de esta segunda temporada, lleva por título El hombre obsoleto (“The Obsolete Man”) y nos muestra una sociedad autoritaria, tipo 1984, al estilo de otra que ya hemos visto en otro genial episodio de esta segunda temporada: El ojo del observador (“The Eye of the Beholder”).
En esta sociedad futura de El hombre obsoleto el llamado “Estado” ejerce un férreo control de la sociedad y todos los que no son considerados útiles son declarados “obsoletos”. Este es el caso del protagonista de este episodio, interpretado por Burgess Meredith, que resulta que es bibliotecario de profesión y un gran amante de los libros, lo que nos recuerda a aquel otro personaje que interpretó el mismo actor en los inicios de la serie en el episodio titulado Por fin un poco de tiempo (“Time enought at Last”), ya que este primer personaje de Burgess Meredith en la serie resulta que está bastante obsesionado por conseguir tranquilad y tiempo libre para dedicarse a la lectura.
Meredith también tiene un papel protagonista en otro episodio de esta segunda temporada de la serie, Sr. Dingle el forzudo (Mr. Dingle, The Strong) un episodio no demasiado memorable y que tiende a la comedia burda, siendo un episodio que tiene el dudoso honor de ser considerado uno de los peores episodios de The Twilight Zone.
